SEMINARIO INTERNACIONAL
VIRTUAL VANGUARDIAS DEL DISEÑO
UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE SAN LUIS POTOSÍ.
UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
23–25 noviembre 2022

CITA APA:

Sosa, R. (Noviembre 2022). Arte y diseño en la academia: de una relación perversa a sinergias extradisciplinarias. Trabajo presentado en el Seminario Internacional Virtual Vanguardias del Diseño. San Luis Potosí, México. Recuperado de https://seminario2022.vanguardiasdiseno.org/m2/269

Arte y diseño en la academia: de una relación perversa a sinergias extradisciplinarias.

Dr. Ricardo Sosa
Monash University y Auckland University of Technology
Australia y Nueva Zelanda
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En muchos países, pero no en todos, la educación del diseño como práctica profesional nació en las escuelas de arte (Addison 2010). El diseño puede entenderse como una profesión icónica de la ideología dominante del siglo XX orientada hacia el consumo masivo de discursos visuales y bienes materiales dentro de una lógica de industria y mercado (Bryson and Rusten 2011, Reckwitz 2017).
A lo largo del siglo XX con antecedentes como la Bauhaus en Alemania y la Vkhutemas en la Unión Soviética, la enseñanza del diseño se extendió por todo el mundo en la postguerra globalizadora en la que el Norte Global dictó los términos del “desarrollo”. Es notable que esta expansión global se hiciera principalmente mediante la oferta académica del diseño en las escuelas, facultades o academias de arte. En países como México el diseño se importó principalmente a través de las clases urbanas con los ingresos para enviar a sus hijas e hijos a escuelas de arte. Sin embargo, en algunas universidades el diseño se estableció en escuelas de ingeniería o de arquitectura (Keitsch and Prestholt 2015).
Esta ponencia lanza una mirada desfamiliarizante (Brecht 2014) a lo que en muchos lugares y a lo largo del tiempo se ha visto como algo enteramente normal: la relación entre arte y diseño en la academia (Carrasco Pedraza 2020). Hace esto de forma provocadora (para provocar diálogo): argumentando que la relación arte-diseño tiene demasiadas cualidades perversas. Palabra que se emplea aquí con mucha cautela y precisión.
El diseño, para tener relevancia en el siglo XXI, ha de independizarse del arte. Para comenzar, hay que reconocer la pluralidad dentro del arte: cada escuela, y cada docente tendrá enfoques, creencias, valores, y prácticas distintas. Evitando generalizaciones simplistas, la ponencia se refiere a los cánones ortodoxos del “Arte” así con mayúscula como esa práctica moderna, patriarcal, orientada a la galería y la subasta comercial, y de orígenes occidentales que definen al arte como talento y actividad del individuo (generalmente hombre blanco) e imaginan al arte en jerarquía sobre otras labores como la “artesanal” (Madoff 2009, Beck and Cornford 2012, Gørrill 2020, Walsh and Knezevic 2020).
Cubro en la ponencia las siguientes dimensiones perversas en la relación arte-diseño:
1) La universidad contemporánea demanda de todas las disciplinas ciertas métricas, metodologías, formatos y estilos de investigación. Las prácticas sui generis en el arte (con todo y sus dogmas y legados históricos) coartan muchas otras posibilidades cuando se aplican en la investigación en el diseño
2) La limitada colaboración verídicamente transdisciplinar, así como las escasas prácticas colaborativas en muchas escuelas de arte reflejan la primacía de la obra individual sobre la co-creación grupal y comunitaria. Estas herencias individualistas limitan al diseño como una labor de saberes y sentires que van más allá de una persona “talentosa”
3) La expresión personal es el motor creativo en gran parte de la educación y práctica artística. En el diseño esta fuerza ha de balancearse con la vocación de servicio (Gold 2007). Cuando el diseño está asociado al arte, puede ser difícil elevar la voz de usuarios, públicos, personas y no-personas sobre la voz del autor o autora de la obra
4) La practicidad, el funcionamiento y la viabilidad son consideraciones secundarias en la obra de arte, mientras que son tan determinantes en el diseño como los factores más subjetivos, estéticos y hedonísticos
5) La identidad personal de la diseñadora tiene rasgos en común, pero está lejos de ser igual a la identidad del artista (Sosa 2022). Al exagerar la personalidad artística del diseño, se agranda el ego y se sacrifican otras muchas facetas de la rica actividad humana desdeñadas por el arte, comenzando por la artesanal. La relación arte-diseño es positiva y ha de mantenerse, pero tal relación es más sana desde la independencia disciplinar.

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